Cuánto cobrar por una simulación energética
por Germán Campos
por Germán Campos
Cuando uno está empezando en esto de la simulación energética de edificios se plantea qué precio poner a un trabajo de este tipo.
Dada la versatilidad de la simulación energética, es difícil establecer un precio en función de la aplicación a la que vaya destinada y a menudo, la fórmula más sencilla es la de calcular los honorarios a partir de una previsión de horas imputables a este trabajo (algo habitual en servicios técnicos).
Así que comenzamos por las habituales preguntas de ¿cuánto quiero ganar al año? ¿qué gastos tengo? y ¿cuántas horas voy a trabajar? para encontrar nuestro coste hora.
Supón que tu objetivo es 60.000€ al año, incluyendo gastos indirectos. Quieres 1 mes de vacaciones, trabajar 8 horas al día y además un 15% de tu tiempo lo dedicas a tareas no productivas (formación, marketing, networking, etc.). Esto son 11 meses x 4.3 semanas/mes x 5 días/semana x 8 horas/día x 85% = 1.608 horas. Tu coste-hora resulta 60.000€/1.608 = 37,3€/h. Redondeado: 40€/h.
Bien, ya has completado la mitad de la tarea. La segunda mitad consiste en estimar las horas que vas a dedicar a un trabajo de simulación energética y poder así ofertar tus honorarios al cliente.
Yo suelo dividir una simulación energética en varias fases y estimo la dificultad de cada una de ellas y con ello el tiempo que me pueden llevar:
Esta fase consiste en levantar el modelo tridimensional del edificio, en base a la geometría proporcionada por el cliente (Cad, planos escaneados, esquemas) e introducir la composición de los diferentes cerramientos y acristalamiento.
El tiempo que se requiere es función de la complejidad del edificio, no de las dimensiones: un unifamiliar de diseño te puede llevar mucho más que una nave industrial de gran tamaño.
Teniendo documentación completa, puedes tardar una jornada entera para un edificio medio y hasta 2-3 días para un edificio menos convencional.
Esta fase supone definir la utilización del edificio en cuanto a ocupación, cargas internas, iluminación y consignas junto a sus correspondientes horarios (lo que se suele conocer como condiciones operacionales).
La duración de esta fase depende de la tipología del edificio y su diversidad de usos. No es comparable un edificio residencial o de oficinas, a un hospital, un hotel o un centro comercial. Te llevará más trabajo si tienes que trasladar previsiones reales o registros conocidos, que si es suficiente con introducir datos estándar (disponibles habitualmente en el propio programa).
Prevé un par de horas para un edificio por defecto y hasta 1-2 días en caso de un edificio más complejo con usos particulares.
Si el estudio se centra en medidas pasivas, optimización de la envolvente, estimación de demandas, etc. podrás saltarte esta fase. En caso de que tengas que incorporar los sistemas en la simulación energética, más habitual en edificios terciarios, tendrás que :
La complejidad de las instalaciones y el nivel de detalle al que decidas entrar determinarán la duración de esta fase. Calcula entre 1 y 3 días.
Esta fase no va a depender sólo de ti mismo. En función del tamaño del modelo y su complejidad, el programa de simulación podrá tardar desde menos de un minuto a varias horas en simular el edificio.
A esto hay que añadir la aparición de problemas vinculados a deficiencias en el modelo, inestabilidad de alguna función del programa, etc., que interrumpen la simulación y te impedirán continuar. Podrá llevarte varias horas revisar minuciosamente el modelo hasta encontrar el origen de los errores y en ocasiones, incluso requerir el soporte de los responsables del software, con el consiguiente retraso en tus plazos de entrega.
Ésta es la fase de mayor valor añadido y habitualmente la única que valora el cliente
Se da antes de empezar con el modelo y en cada nueva iteración para ir definiendo y afinando los criterios de diseño que te llevan a cumplir con éxito los objetivos planteados (mejora de eficiencia, reducción de costes, dimensionado de sistemas, estudio del confort, medidas bioclimáticas, selección del acondicionamiento, auditorías energéticas, certificaciones, estrategias de gestión energética, evaluación de producto, … ).
Al comenzar el proyecto, esta fase establece el procedimiento a seguir (necesidades del cliente, estrategia de modelado, variables a estudiar, hipótesis contempladas, nivel de detalle, resultados necesarios, documentación a generar, etc.).
En cada iteración posterior y a partir de los resultados de la simulación, tus conocimientos y experiencia, irás redefiniendo el procedimiento hasta converger en unos resultados satisfactorios para el cliente.
Durante esta fase recopilarás datos, imágenes y gráficas para ir confeccionando la memoria que recibirá el cliente y que reflejará tu trabajo y la síntesis de tus conclusiones y propuestas.
La duración de esta fase es muy variable, dado que está íntimamente ligada a los objetivos concretos de cada estudio, que requerirán diferentes tipos de análisis y cantidad de iteraciones. Por ponerte un rango medio, te diría que puedes dedicar entre 1 y 3 días a esta etapa.
Cuanto más abierto sea el proyecto más tiempo podrás dedicar, hasta el máximo razonable que te imponga el presupuesto.
Dentro de este apartado he querido incluir un par de factores, generalmente ajenos a nuestro control, pero que pueden repercutir en gran medida en que tus cuentas se descuadren.
Por un lado, la obtención de información adecuada para llevar a cabo cada una de las fases anteriores, no siempre es sencilla y tendrás que esforzarte en transmitir a tu cliente qué necesitas en cada momento para no sufrir retrasos. Intenta conseguir la información lo más filtrada posible para reducir tu tiempo de búsqueda y valora también el tiempo de comunicación con el cliente, especialmente si requiere reuniones y desplazamientos.
Por otro lado, son habituales los cambios de última hora que suponen rehacer parte del trabajo. Tienes que asumir que esto va a suceder y tratar de ajustarte al ritmo de tu cliente hasta donde te sea posible, intentando no adelantar más de lo debido. Una vez vayas cogiendo experiencia, podrás estimar un margen de seguridad a tu cálculo de horas para contrarrestar estos contratiempos.
Si has llegado hasta aquí en tu lectura, ya te habrás dado cuenta de que la duración de un proyecto basado en simulación energética es muy variable. Espero al menos haberte proporcionado una idea más clara del trabajo al que te enfrentas y del tiempo que te puede llevar.
Haciendo números, habrás visto que fácilmente se alcanza la semana de dedicación. Proyectos más potentes se pueden ir a 2-3 semanas y aún periodos mayores en proyectos singulares. Aplica tu coste-hora y echa cuentas.
La simulación energética no debe ser un fin en sí misma sino una herramienta para el apoyo a la toma de decisiones, cuya repercusión supera con creces el coste de la consultoría. Si consigues que tus clientes lo vean de dicho modo, a través de tu trabajo, conseguirás fidelizarlos y que acepten de buen grado tus honorarios.
Si estás empezando y consideras que tu estimación de honorarios es demasiado alta para que la acepte un posible cliente, intenta ofertar un descuento puntual, de forma que acepten tus servicios pero sabiendo su coste real. Si haces bien tu papel, en siguientes ocasiones podrás prescindir del descuento y te seguirán contratando. Una vez tengas experiencia y referencias, podrás acceder más fácilmente a nuevos clientes sin tener que recurrir a regalar trabajo.
Existe otra modalidad de ofertar menos objetiva basada en el valor que el cliente percibe, o aquello que está dispuesto a pagar. Si en algún caso eres capaz de resolver esa complicada ecuación, adelante.
Tienes que ver tu cálculo inicial de honorarios como un mínimo. Si aportas más valor, es justo que los honorarios vayan en consonancia.
Por último, de todo lo anterior queda patente la importancia de la variable tiempo. Si reduces el tiempo del proceso tienes dos alternativas, mantener tus honorarios y ganar más dinero, o reducirlos y ser más competitivo. De ahí mi último consejo:
Elige un programa de simulación que te ayude a reducir el tiempo de todo el proceso
Aunque tengas que pagar por él. Te aseguro que lo rentabilizarás en un plazo mínimo. Prueba varios y quédate con el que trabajes más rápido y te dé confianza. Entre ellos, no olvides probar DesignBuilder y ya me dirás qué decides.
Estoy de acuerdo en la estimación de los costes y la metodología seguida. El problema no reside en cómo calcular nuestros honorarios, el problema es lo que el cliente está dispuesto a pagar y la competencia entre ” profesionales” que NO VALORAN su trabajo. Esto se traduce en precios bajos y trabajos de saldo que de momento salvan el expediente aunque no cumplan el objetivo. Pero eso es harina de otro costal, ¿a quién le i porta?
Alberto, en parte creo que sí reside en cómo calcular nuestros honorarios, precisamente por lo que tú indicas. Se trata de que los profesionales aportemos valor y de que el cliente lo vea. Si ése es nuestro objetivo, los honorarios han de ir en consonancia, no sólo porque lo merecen sino porque hacer un trabajo decente lleva un tiempo y esfuerzo que no se puede mantener gratuitamente en el tiempo.
Pienso también que con precios bajos y trabajos de saldo no se llega a buen puerto. Quien vaya por esa vía será una competencia difícil, pero creo que a la larga sólo perdurarán los que hayan sido capaces de dar calidad y los clientes que hayan sabido buscarla.
Muchisimas gracias por la reflexión, creo que se te pasó incluir (o descontar ) impuestos ; )
Estarían como indirectos, pero Elisa, los impuestos ¡mejor ni mentarlos!
No se deberian tambien condiderar los costes derivados de los equipos ( ordenadores / impresoras/…) y la amortizacion de las licencias de software ….?
Buenas Josep, efectivamente hay que considerar dichos costes. Implícitamente están contabilizados en el coste-hora como gastos indirectos (lo indico al comienzo).
Genial artículo. Estoy de acuerdo en la metodología planteada. Otra historia diferente son las horas dedicadas a la pedagogía para que los potenciales clientes entiendan (y además se “crean”) los beneficios que se obtienen de aplicar estas prácticas en cualquier proyecto que se precie. A seguir luchando! Saludos.
Toda la razón José Manuel. Queda aún mucho por hacer para que el valor de estas prácticas acabe calando en el cliente. Un buen marketing, una buena pedagogía y por supuesto, que nuestro trabajo lo confirme… Un abrazo.
Buen articulo Germán.
Solo añadir a tus reflexiones que habitualmente uno de los mayores handicaps es el conseguir la validación de las condiciones operacionales del edificio y la documentación necesaria para realizar un buen modelo. Tambien añadiria que hay que entregar una memória donde queden claras todas las variables introducidas en el programa de simulación y que los resultados solo son validos para estas.
Totalmente de acuerdo David.
Lo primero que indicas lo he sintetizado en el apartado de Factores externos (en una primera versión del artículo me extendía más tocando esa delicada cuestión de conseguir la información, pero finalmente opté por suavizarlo…).
Respecto a tu segundo punto, buena apreciación. Especialmente necesario si el acceso a la información ha sido complicado o no hemos podido conseguir esa validación que mencionabas.
No estan malas las apreciaciones. Pero sigo con la opinion que si lo mas importante es: cuanto esta el cliente dispuesto a pagar ?. Y esto es en la mayoria de los paises un precio diferente. Como base: cuanto mas “esta de moda” el tema eficiencia energetica – ahorro de energia – energias renovables, mas alto es el valor hora que paga un cliente. Tambien si esta “en apretones” y necesita una interventoria –> le pagara mas ….
Buenas Mario, personalmente opino que el cliente estará dispuesto a pagar en función del valor y del retorno que crea que le aportamos, que puede coincidir o no con el real. Si el cliente lo percibe y valora sólo por estar de moda, debemos intentar cambiar su idea con nuestro trabajo y tratar de ampliar sus miras.
Muy interesante, Germán. Especialmente de acuerdo en valorar la complejidad del modelo y no el tamaño. Yo he tardado tres días para modelar una vivienda unifamiliar de unos 400 m2 construidos con una geometría bastante complicada, y en cambio poco más de 1 para un tanatorio de casi la misma superficie pero de una sola planta prácticamente rectangular (y eso que las condiciones operacionales eran algo más complejas y incluía espacios tipo atrio).
También es cierto que si DesignBuilder hubiera entrado antes en nuestras vidas esto hubiera sido algo diferente, pero ahí queda como ejemplo.
Por otro lado no sé qué opinarán mis compañeros arquitectos de facturar a unos 40 e/h… El cálculo que anotas es de lo más razonable, pero no conozco a mucha gente que se atreva a facturar su trabajo (en general) a ese precio ni mucho menos. Aunque aquí volveríamos a entrar en el argumento de considerar la simulación como un servicio especializado de alto valor añadido (evidentemente no es lo mismo esto que hacer una cédula o el CEE de un piso…).
Creo que todavía deben pasar algunos años para que se olvide un poco la cultura revientaprecios hija de la crisis y que nos volvamos a acostumbrar a considerar la relación entre el valor de las cosas y su precio.
Buenas Manuel, en cuanto al tema de la dependencia de la complejidad y no del tamaño es algo que a veces dificulta poder trabajar en proyectos pequeños (como el unifamiliar que comentas), no sé con qué opinarás al respecto.
Me llama la atención que indiques que el cálculo de 40€/h es de lo más razonable, pero que no conoces a quien se atreva a facturar a ese precio. Luego el sector no está funcionando de manera razonable, ¿no?
Cada campo tendrá que trabajar en hacerse valer (aunando esfuerzos, a ser posible). En concreto pienso que la consultoría apoyada en simulación tiene la gran ventaja de que en muchos casos permite cuantificar el valor aportado por lo que es menos difícil pelear por unos honorarios en consonancia.
Como decía en otro comentario, pienso que esta cultura revientaprecios que indicas lleva necesariamente a trabajos mediocres y que a la larga dejará de ser sostenible. Al menos, eso espero.
Bueno, Germán, lo de la complejidad también depende de la relación con el presupuesto total de una obra. En nuestro caso, esta relación es bastante directa, es decir, una vivienda singular (y de difícil modelado) se traduce en un presupuesto de más de 1800 €/m2, una más sencilla puede estar por debajo de los 1200. Esto repercute directamente en el porcentaje de presupuesto que se puede dedicar a trabajos de consultoría sin que se “note” mucho en el total. Entonces, en esta triple relación tamaño-complejidad-presupuesto total, si dejamos aparte el tamaño pero complejidad y presupuesto van de la mano, sí puede ser viable trabajar en proyectos de pequeño tamaño pero de mucho coste en los que se puede asumir que una parte relativamente pequeña de este coste va a las manos del consultor. También debo decirte que a día de hoy nadie ha entrado por la puerta pidiendo a gritos un nZEB, sino que simplemente hacemos malabares para que la casa que nuestro amado cliente desea consiga cumplir CTE con más pena que gloria (con según que diseños no está claro si es más difícil lo primero o lo segundo…).
Y no, supongo que nuestro mercado no funciona de manera razonable (si se trabaja a pérdidas o con márgenes de rentabilidad mínimos, es que algo no funciona bien).
Artículo muy interesante y buena exposición. En el apartado económico nosotros presentamos al Cliente una Gestión Integral con una modalidad de ” Coste 0 “, ésto quiere decir que actuamos sobre las variables que nos permitan ahorrar y las gestionamos directamente ( electricidad, gas , iluminación……) , incluso gestionando las posibles subvenciones que pudiera beneficiarse, tanto a nivel Autonómico como Estatal y/o Europeo.
Lógicamente hay que elegir bien a los Clientes para evitar sorpresas de impagados , pero ésta modalidad les da una buena opción sin desembolso de Inversión, haciendo más fácil la acometida de la Auditoría.
Salu2 a tod@s